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martes, mayo 02, 2006

ALHAJITA ES TU CANTO

Se publicó como reseña en la revista El escarmiento, a mediados del año 2003.

Alhajita es tu canto.
El capital simbólico de Atahualpa Yupanqui

Ricardo J. Kaliman (Tucumán, 2003)


“Alhajita es tu canto” es uno de los versos de “Zambita de los pobres”, composición de don Atahualpa Yupanqui. La frase poética, subtitulada con el concepto (acuñado por Pierre Bourdieu) de “capital simbólico”, nos pone sobre la pista de la propuesta analítica de Ricardo J. Kaliman en este texto insoslayable para comprender, desde una perspectiva propia de la sociología de la cultura, la conformación del campo de la moderna música folclórica argentina.
La información que aporta Kaliman se vuelve fundamental para cualquier investigador que quiera trabajar con seriedad objetos culturales etiquetados como “folclore” desde el sentido común: lejos de esencialismos y de miradas analíticas esquemáticas, el texto articula herramientas propias de la crítica literaria con una serie de datos contextuales, indispensables para iluminar una zona discursiva descuidada, o directamente ignorada, por la academia argentina. Es justo recordar que ha sido el propio Kaliman, junto a un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán, el primero en preocuparse, desde una perspectiva crítica, por subsanar el olvido.
“¿Por qué el reconocimiento a la obra de Atahualpa Yupanqui se alza casi omnipresente a lo largo y a través del abigarrado conjunto del folclore argentino moderno?” Este interrogante, que funciona como disparador de la argumentación, será minuciosamente respondido a lo largo de las más de 150 páginas que forman Alhajita es tu canto.
Leyendo los resquicios de las letras de Yupanqui, en un corpus breve pero preciso para reconstruir el capital simbólico del cantautor tucumano, el análisis complejiza las representaciones identitarias subyacentes en el discurso folclórico argentino, reconociendo en el decir del canto yupanquiano matrices que incluyen el esencialismo hegemónico (el folclore pensado por intelectuales orgánicos como Lugones o Rojas) junto a discursos subalternos cimentados, en el caso de Yupanqui, por la reivindicación de un temprano indigenismo y la experiencia democrática del populismo yigoyenista. Pero también la vivencia trashumante del hombre de campo, poseedor de saberes no validados por el racionalismo moderno y, al mismo tiempo, víctima de las desigualdades sociales impuestas por las clases dominantes.
Al analizar el discurso de Atahualpa, discurso omnipresente en la conformación y consolidación del campo folclórico moderno, Kaliman logra confirmar una de sus premisas argumentativas: el campo del folclore moderno es “un terreno de lucha por la definición y redefinición de la colectividad que se pretende expresar en él”. Un terreno de lucha definido originalmente por la oligarquía terrateniente, y sobre cuya oposición hubo que negociar otros sentidos. Terreno en el que, por cierto, el peronismo no dejó de marcar su huella, consolidando el circuito industrial folclórico al ritmo de las migraciones internas que, ya desde la década del 30, alimentaron las grandes ciudades, especialmente Buenos Aires y su conurbano.

Debo señalar la vocación de apertura que propone Alhajita es tu canto: “Este libro no pretende ser exhaustivo ni definitivo. El campo en el que se sitúa es no sólo complejo sino además relativamente inexplorado”. En tal sentido, la elección del análisis literario se presenta como un camino posible (y en el caso de Atahualpa indispensable) para investigar esta zona cultural. El análisis musicológico, sin embargo, no se descuida: descripciones breves y sutiles de armonías yupanquianas, lo mismo que de su estilo de canto, sirven para dar pistas a futuros investigadores que quieran profundizar, por ejemplo, en el saber de los acordes criollos utilizados por Yupanqui. La relación del cantautor con la industria de la música tampoco es ignorada, dejando abierta la posibilidad de estudiar las transformaciones de esta industria y su relación con las rutinas productivas del género.
Alhajita es tu canto se presenta, entonces, como un texto pionero e indispensable para comprender el surgimiento y la consolidación del folclore argentino moderno, complejo proceso social, dinámico y contradictorio, que continúa transformándose (a pesar de los discursos puristas y esencialistas) en una redefinición identitaria constante.
Un enfoque crítico y original a uno de los textos fundacionales del folclore moderno: la obra de don Atahualpa Yupanqui, lugar de cruce de saberes y conflictos que, hasta este libro, nunca se había abordado con la rigurosidad merecida.

C.J.A.

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