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lunes, octubre 22, 2007

SE HARÁ JUSTICIA?











Este relato de Alejandro Ahuerma y Agustín Poma, narrado en una presentación judicial, da cuenta de una realidad ignorada hasta la fecha: la existencia de fosas comunes en el cementerio de la Santa Cruz (Salta), abiertas durante la última dictadura, con cuerpos que aún esperan ser identificados, al igual que sus asesinos.
Las fotos de Alejandro Ahuerma corroboran el testimonio...


La mañana anterior a otro aniversario de la Masacre de Palomitas, es decir un 5 de Julio de 2.007, al asistir con 4 alumnos de la cátedra (de radio de la Universidad Nacional de Salta) para acompañarlos a realizar un trabajo práctico que consistía en fotografiar los trabajadores y los oficios, y que habían elegido seguir en sus tareas al cuidador del Cementerio de la Santa Cruz, debido a que descubrieron que éste era un oficio que se transmitía de padres a hijos, y al esperar que fueran las 8 de la mañana para comenzar a acompañar en sus tareas al cuidador, nos internamos en la oscuridad del cementerio hasta que clareara.

Al salir de las oscuras galerías, ya llegadas las 8 de la mañana, nos dimos con que al cuidador lo habían mandado a la carpintería y que había que esperar un rato a que volviera, mientras un empleado nos decía que un funcionario a cargo del Cementerio quería hablar con nosotros para saber de qué se trataba el trabajo que hacíamos. A partir de ahora el relato de lo que nos interesa, será lo más fiel posible al recuerdo de mi memoria, las palabras quizás no sean exactas porque no fuimos a grabarlo ni nos imaginábamos que nos íbamos a encontrar con un testimonio semejante, y por lo demás protegeré en este escrito tanto los nombres de quienes dieron ese testimonio como los de mis alumnos que fueron testigos de lo que escuchamos, pues Ud. Sr. Fiscal sabrá llevar adelante una investigación y llamar a las personas necesarias para que reafirmen y aporten claridad a la investigación.

Cuando ya estábamos en la oficina de la Administración, luego de presentarnos y de exponer las razones de nuestro trabajo, ligado a la fotografía periodística el funcionario en cuestión nos habló de un proyectos cultural que él tenía para el cementerio, nos dijo que no le llevaron el apunte en el Honorable Consejo deliberante y que hasta un Consejal de la Bancada Oficialista le dijo: “Ud. no se ande haciendo problemas por estas cuestiones, déjelas como están, Ud. No es de aquí.” Lo mismo que le dijera un agente de la SIDE enviado desde BsAs que lo visitó y “convenció sutilmente” que dejara de investigar ciertas anomalías dentro del cementerio. “Los muertos ya están muertos” creo que le dijo, “no se meta en esto”.

Luego de hablar de su proyecto y de las tumbas históricas de personajes célebres que alberga nuestra principal Necrópolis, el funcionario habló del destino que tenían los féretros “desalojados” por falta de pago que terminaban en una fosa común, que se abría en diferentes sectores cada tanto, y nos habló del sector en que se abrían esas fosas y que queda en el sector Este del cementerio detrás del panteón central del Centro Argentino y antes de las galerías del fondo, un campo que en otros tiempos albergara tumbas y cruces y que a partir del proceso militar se arrasó para no dejar señales. Allí fue que habó de un sector que no podía tocar ni abrir, “un sector-dijo-donde hay una fosa común como de 30 metros, de esa época… (silencio) uds. saben no? de la época brava…” a lo que yo le respondí: Sr. Disculpe, yo sí sé de que época está hablando, pero los chicos tienen 20 años y no saben ¿podría Ud. explicarles de lo que está hablando? A lo que dijo: -Sí, de la época de la subversión”.

-¿Y por qué no se pueden abrir? pregunté, “Porque hay una orden de un juez que prohíbe tocar nada de eso, ni esa fosa ni unos nichos que hay sobre la pared que da al Portezuelo, se supone que en esos nichos hay también desaparecidos porque no tienen ninguna identificación y no aparecen los dueños. En la fosa seguro que hay, aquí trabaja un empleado todavía que ha trabajado de sereno en esa época y que lo hacían quedarse de noche para abrir el portón a los militares que entraban en camiones Unimog’s a tirar cadáveres sin féretro ni nada en esa fosa que era solo de ellos”.

A la vez nos contó que cuando asumió en su cargo “lo obligaron a firmar un acta juntamente con el encargado del Panteón militar (fundado un 28 de agosto de 1976) que en el mismo existe una población de determinada cantidad de cuerpos, y que sin embargo él está seguro de que existían muchos más cuerpos que los declarados. Tema que habría que aclarar urgente ya que a pesar de haberle solicitado a los responsables una declaración jurada de la cantidad e identidad de los cuerpos alojados allí en el Panteón Militar, nunca se la presentaron.

De ese testimonio Ud. Sacará varias conclusiones sobre el accionar del ejército en esas noches para no abundar en detalles en esta presentación sobre los aspectos mas relevantes, para que nos ayuden a determinar responsabilidades tanto en lo que respecta a los hechos en sí o sea que nos lleven a determinar quienes son los autores materiales de aquellos hechos tan aberrantes, como las responsabilidades políticas de quienes dieron las órdenes de realizarlos como de quienes incurrieron al menos en el encubrimiento por el ocultamiento de estos hechos.

Es importante también destacar la existencia de otro empleado que aún trabaja en el ámbito municipal y que fue el que ayudó a contar los pasos una vez que se desenterraron de esa fosa tres cuerpos, dos mayores y un menor, todos asesinados a balazos, de ello, cuenta el sereno, hay declaraciones testimoniales cuando los llevaron a todos los empleados a declarar al Distrito Militar Salta, pero nunca en la justicia Civil. Otro detalle a investigar es que entre las personas que fueron a hablar sobre el tema con él, se encuentra quien actualmente es Diputada provincial por el PJ, la ex detenida política Nora Giménez, quien integra la Comisión de Derechos Humanos de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia, y que a pesar de estar enterada de todo esto nunca lo denunció.

(fragmento de una presentación judicial firmada por Alejandro Ahuerma y Agustín Poma)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Carlos, Gracias por el compromiso que demuestars en los momentos mas difíciles por medio de esta hermosa página, te escribo para actualizar las noticias, y contestar al título de la noticia, parece que sí havrá justicia, el Juez Medina ya dispuso la guardia del lugar por mediod e gendarmería para preservarlo hasta que llegue el prestigioso Equipo de Antropología Forense de La Plata. Gracias a todos los que se hacen eco de esta historia de la infamia nacional. Porque como dijo el poeta tucumano Mario casacci "En nuestro país 30.000 no volverá a ser Nunca Más solo una cifra" . Gracias

C. J. Aldazábal dijo...

Gracias a vos Alejandro...

Un gran abrazo,
C.