Del último libro de Laura Yasán (Buenos Aires, 1960), este poema:
final continuado
es atroz necesitar consuelo
reponer cada noche ese cristal
lamer los bordes con la lengua partida
todo un océano de mañanas inútiles de palabras mojadas
hay una ceremonia una ruta de autismo
es atroz esa voracidad
el animal famélico que traga la caricia
y cava en el amor un pozo ciego
en el rencor un nido
y sus ojos de invierno se arrojan a cazar
besos que no le fueron destinados
sudor sin paga
este pasillo que atraviesa el deseo
su oscuridad es atroz su angostura su eco
es tan insuficiente si me nombra
mi cuerpo es otro tan fugaz
es atroz el consuelo cuando se desintegra
sus huesitos de polvo lloviendo suavemente
en la fosa del mundo
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