Es el título del primer poemario de poeta cordobés Carlos Surghi (Villa María, 1979). Va una muestra.
Sí, llevar tu verdad a mi boca
como una pequeña esfera de cristal,
tragarla, masticar con cierta cadencia
y digerir lo transparente
sentir que baja por mi garganta
siendo el ópalo que me alimenta;
así te escucho; acompaño
con el río de humo entre mis dientes
el sabor amargo de lo que quise oír;
no te preocupes, sé muy bien que no es el veneno
apenas si se parece al sabor de lo real;
recuerdo el tiempo de la sorpresa
cuando tus palabras para mí,
eran piedras trabajadas por el agua de tu insistencia;
yo rodeé con ellas mis muñecas
otras las até con vehemencia
a la fragilidad de mis tobillos,
y me descubrí inmóvil, un tanto excitada, perdida,
riendo para mí al perder mi equilibrio;
ahora el tedio, la moneda del ardor,
engorda la sombra de mi silueta,
me veo en él arrastrando promesas
largas frases en el fondo de una noche
de las cuales sólo quiero el delgado cordón
que de una vez por todas de vos me desate;
sí, llevar tu verdad a mi boca,
yo creí que el amor cambiaba todo esto,
creí que él en mí, así como si nada
"podía en cualquier tiempo
podía en cualquier sangre"
hasta escribir una sentencia, otro nombre.
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