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lunes, marzo 26, 2007

AGONISTAS DEL FIN DEL MUNDO



Se trata del último libro del poeta neuquino Aldo Novelli (nacido, según él mismo, “en un marzo caliente, en la desértica y oxidada arcilla del Neuquén, en la mítica Patagonia de Argentina, en una madrugada de juerga y carnaval”). Van tres poemas.

Espejismos reflexivos

A lo lejos
un espejismo hecho mar y reflexión.
El mar -cavilo en silencio-
está en las entrañas del hombre,
su visión es un oleaje frío
en la olvidada memoria del cuerpo.
Este tenaz araucano que nunca vio el mar
presiente su infinitud,
su música feroz rompiendo
desde un tiempo anterior,
y su sabor inmemorial
oculto
en el triángulo secreto de cada mujer.

Análisis científico de la influencia
del viento sobre la luna


El viento sopló con violencia en la mañana
sopló y sopló toda la tarde
y al llegar la noche
él miró por la ventana
y me dijo con ingenua picardía
-la luna está toda despeinada-
y desde ese momento
toda la poesía del mundo
fue una leve brisa
diluyéndose
en el vendaval de la memoria.


Atardece en el desierto

En el óleo del horizonte
el filo morado de las bardas
fractura un cielo de óxido y arcilla.
Las gárgolas del tejado
despliegan sus pétreas alas
y sus ojos encienden de luna el ocaso.
Sentado a la mesa
entre vapores de guiso y agua hirviente
pincho insectos sobre un cartón,
y al clavar un alacrán que se retuerce
me siento un cazador sin escrúpulos,
como los que vendrán en poco tiempo.

4 comentarios:

Selva Dipasquale dijo...

"Sentado a la mesa
entre vapores de guiso y agua hirviente
pincho insectos sobre un cartón,
y al clavar un alacrán que se retuerce
me siento un cazador sin escrúpulos,
como los que vendrán en poco tiempo".

Estos me parecen los mejores versos de estos 3 poemas que publicaste de Novelli. Transmite con claridad una acción y la sensación que esa acción produce "pinchar insectos sobre un cartón" con fondo de guiso humeante mientras que con resignación se escucha el murmullo, se divisan como detrás de una nube, quiénes vendrán a lastimarnos a nosotros.... Selva

C. J. Aldazábal dijo...

El correo de Aldo es aldonovelli@yahoo.com

Seguramente se va a alegrar con tu comentario.

Anónimo dijo...

Gracias Carlos por tu consideración a este "exiguo librito de que trata de rememorar la infancia y pubertad lejana en las tierras salvajes de la patagonia, (después del olvido impuesto por la dictadura) en un viejo campamento petrolero: Challacó, hoy uno de los tantos caseríos fantasmas del sur".
Y un agradecimiento especial a la querida y risueña Selva, con mi deseo de un nacimiento feliz y maravilloso!.
Desde los bordes del desierto.
aldo.-

C. J. Aldazábal dijo...

Gracias a vos, Aldo, por tu poesía!

La Selva del mensaje es Selva Dipasquale:

selvadelaluna@yahoo.com.ar

Pero yo también me sumo a tu deseo para la risueña de Villalonga.

Un gran abrazo,
Carlos