Mudanza
Me cubro con la promesa:
eso es el futuro, una promesa que protege.
Si no tuviera esta pequeña certidumbre
ya estaría cayendo por el cerro,
lastimándome con las espinas,
desembozado en la sangre del cardón.
¿Cómo se sostiene el alma
en este desequilibrio?
Doy un pasito por la cuerda,
a ver si arribo al otro lado,
ahí donde el consuelo es gratis.
Pero el agua ejerce su chantaje:
por culpa del agua me acurruco en
el futuro
y veo impaciente cómo no pasa el
tiempo:
esa falta de sincronía entre el
esperar y el transcurrir
a la que algunos llaman
“eternidad”.
Cuando llegue el camión para buscar
despojos
(“mudanza” le dicen)
el agua subirá e inundará los
cerros.
Pero la cuerda permanecerá, y por
ahí
escaparemos con destino al futuro.
Llegará el día en que la promesa
rescatará mi sangre.
La eternidad no sumará en la
cuenta.
Sólo tu voz dará su veredicto.
Tu voz:
canoa por el aire,
abrigo de mis penas,
origen y final de esta aventura.
(de "Piedra al pecho", Valparaíso, España, 2013)
2 comentarios:
Llegará el día en que la promesa rescatará mi sangre.
Llegará el día en que la promesa rescatará mi sangre.
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